El turismo ha sido una de las principales fuentes de ingresos de Valladolid, un lugar que en el 2012 se convirtió en Pueblo Mágico. Sin embargo, su aspecto y dinámica económica la está cambiando tanto que, siendo honestos, podría convertirse en el próximo Tulum.
En Valladolid ya son visibles cambios en las fachadas de las construcciones del centro histórico. Algunas ya tienen piedras, palos, guanos y distintos materiales que nada tienen que ver con los que se usaban en la época en que fueron construidas.
Si estos cambios se siguen haciendo y se otorgan permisos sin control, pronto la esencia colonial del lugar se podría perder, tal y como señaló Manuel Navarrete Correa, presidente del Comité de Pueblos Mágicos de la ciudad.
Además, por el boom del turismo los precios han aumentado en la ciudad y fácilmente podría dejar de ser una opción para los yucatecos.
Al parecer el esquema seguido por Tulum, podría repetirse en Valladolid. El pueblo rápidamente se convirtió en un paraíso para empresarios, nómadas digitales y desarrolladores, que buscaban vivir y trabajar en un ambiente “chic” lleno de misticismo. Todo eso hizo que el ambiente del lugar cambiara, y por eso, algunos ya hablan de la posible “tulummización” de Valladolid, porque se está empezando a sentir en la economía y a ver en la arquitectura.
Si bien, el turismo es una fuente económica importante para Valladolid, ya en el 2020 se registró la presencia de residentes extranjeros en la zona. Según mencionó el INEGI, alrededor de 80 vivían y trabajaban en la ciudad, provenientes principalmente de Estados Unidos, lo cual convierte al pueblo en un lugar que podría significativo, para nuevas inversiones.
En Realidad, desde indios de 2023, Valladolid ha empezado afianzó su importancia en el ámbito turístico. Se convirtió en el cuarto pueblo mágico con más reservaciones de viajes según anunció despegar.com, y durante el Tianguis Turístico 2023, recibió la categoría de Patrimonio. Sin embargo, el boom turístico del lugar podría llevarlo al “desvanecimiento” o “olvido” de su verdadero encanto, si no hay normas que regulen la transformación acelerada de la ciudad.
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