La senadora Cecilia Sánchez García presentó su renuncia al partido guinda y se unió al grupo parlamentario del PRI. Alito Moreno, líder nacional del partido tricolor, le dio la bienvenida a quien era cercana era cercana a la campaña de Marcelo Ebrard.
Hace poco, las discusiones sobre la eliminación de 13 de los 14 fideicomisos del Poder Judicial levantó diferencias entre algunos morenistas. Sánchez García votó en contra, lo que al parecer declaró una razón más para su descontento.
Por su parte, la diputada federal Adela Ramos presentó también su baja del partido guinda hace algunos días, y anunció que se uniría al PRI. Contrario a lo que su bancada esperaba, Ramos votó en contra de la distribución de los nuevos libros de la SEP y pidió una auditoría para ese proceso.
Según se conoce, los morenistas intentaron tomar represalias por su postura e intentaron sacarla del partido guinda, pero Ramos presentó una denuncia y solicitó la baja de MORENA.
En horas de la madrugada, a la senadora Malú Micher líder del grupo de MORENA con afinidades por Marcelo Ebrard se le negó la palabra en la discusión de la Ley de Ingresos por lo que dijo que renunciaría a su partido.
Las diferencias entre Micher y Ana Lilia Rivera, presidenta de la mesa directiva crecieron, pero más tarde en un tweet publicado por la morenista, mencionó que dialogó con la senadora Rivera y que aclararon las ideas, luego comentó “Tengo serenidad en la mente y en el corazón, para tomar decisiones”. Ahora habrá que esperar si mantiene su decisión o si buscará otra bancada.
En realidad, las reformas y cambios impulsados por MORENA no solo están encontrando voces opositoras fuera del partido, sino también dentro de él. A pesar de que hay apoyo por parte de los senadores afines al proyecto de la 4T, las diferencias que están ocurriendo al interior del partido guinda y también las quejas que protagonizó Marcelo Ebrard durante el proceso interno para la elección del coordinador y futuro candidato presidencial, parece que empezaron a visibilizar las diferencias y afectar la unidad del partido.
Ahora, las renuncias, quejas y denuncias por parte de algunos morenistas son la prueba del descontento que se está viviendo en una época donde aparentemente debe reinar la unidad con vistas a las elecciones del 2024.
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