En Yucatán el morbo vende, y por muy absurdo que parezca hay periódicos como Al Chile y De Peso que llevan esta línea de comunicación al extremo. Sus notas, redacciones, títulos, descripciones de imágenes vulneran a las víctimas y las colocan en el centro de un espectáculo construido sobre el dolor, la tragedia y a veces con tintes de burla.
Una cosa es informar lo que sucede y otra muy diferente es invadir la privacidad de cualquier persona al tiempo que se expone de forma explícita los incidentes que sufren o sufrieron. La libertad de expresión tiene matices y el más oscuro y erróneo de todos tiende a monetizar con el dolor y la tragedia ajena, ¿de esto se trata ahora la espectacularidad de la vida?
En 1967 Guy Debord, un escritor francés mencionó que la vida se había convertido en un espectáculo señalando el poder que empezaban a tener los medios de comunicación. Hoy en día, la situación ya es más compleja porque muchos medios con tal de “informar” se valen del sensacionalismo para vulnerar derechos sin permisos. Lo más alarmante es que ya se ha vuelto tan recurrente que la gente ha normalizado este tipo de escenas en los periódicos, especialmente en la sección de la “nota roja”.
Estos medios trabajan sobre la vieja fórmula del sensacionalismo periodístico, con portadas sencillas, letras grandes y textos exagerados. Es evidente que esta línea editorial representa un negocio que cada vez crece y a pesar de que existe la Ley Ingrid que condena la difusión de contenido sobre víctimas de feminicidio o asesinato, ¿como es posible que las autoridades siguen permitiendo este tipo de negocios?
En Realidad, muchos periódicos de México hacen eco del dolor y la tragedia para “informar” de forma innecesaria. No hace falta describir y publicar fotos de un hecho lamentable que lastime a familiares y víctimas para comunicar lo que sucedió con ellas. Es importante valorar lo que se consume y comparte en especial si toca temas sensibles de forma inapropiada.
Comments