Yucatán lo tiene todo. Historia, cultura, zonas arqueológicas, pero, sobre todo, gastronomía.
El turismo es un desafío considerable para las próximas administraciones y la industria restaurantera de Yucatán debe dejar de ser solo un actor en la escena turística de Yucatán para convertirse en el protagonista. Es esencial establecer una alianza estratégica entre la iniciativa privada y el sector público. Una colaboración que trascienda los límites
y coloque a la gastronomía yucateca en el epicentro de la oferta turística estatal.
Transformar la promoción de Yucatán en destino gastronómico es una política pública más que una estrategia. Es un compromiso con el desarrollo sostenible y una apuesta por el renacimiento económico de nuestra región. La gastronomía no solo es una apuesta culinaria, sino una apuesta que conecta la rica tradición con las oportunidades contemporáneas.
En la actualidad observo proyectos que están impactando positivamente, como es el caso del Corredor Gastronómico, el Parque de la Plancha, la remodelación del malecón tradicional, así como la llegada de turismo gracias al Tren Maya y la ampliación del aeropuerto.
La gastronomía no es solo un plato en la mesa, sino un ingrediente fundamental para el renacimiento económico y cultural de nuestro estado. Estamos presenciando un crecimiento notable en la oferta restaurantera, sin embargo, la pregunta es abierta: ¿es suficiente la oferta en relación con el turismo que está llegando a Yucatán? Los invito a reflexionar y cuestionarse.
En realidad, la respuesta a este encrucijada no reside en nuestras acciones actuales, sino en la visión y el compromiso de crear un legado que perdure más allá de las administraciones. La pregunta entonces no es solo qué acciones tomará la próxima administración, sino qué tan dispuestos estamos al liderar una transformación que lleva Yucatán al siguiente nivel.
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