El pan dulce, el bolillo, el pan de barra o el francés son algunos de los productos más consumidos en Yucatán. Sin embargo, el pan francés o pan de barra se ha arraigado mucho entre los yucatecos tanto así que se usa para acompañar diferentes guisos como la cochinita pibil, el escabeche, el relleno negro, entre otros.
Hay muchas hipótesis sobre el origen de este pan. Algunas fuentes señalan que en la segunda mitad del siglo XIX los ricos empezaron a consumirlo e incluso se horneaba en sus casa. Años después, unos hermanos españoles comenzaron a venderlo más seguido en las calles, luego de abrir su panadería “Los Catalanes” en un céntrico barrio de Mérida.
Cuando inició la Segunda Guerra Mundial, por ahí de 1939 a 1945, el consumo de este pan aumentó en Yucatán, preferiblemente por la escasez de la harina de maíz. Ya en la segunda mitad del siglo XX, la gente lo consumía tanto como la tortilla y era uno de los acompañantes de muchos platillos que hoy son muy populares e incluso parte de la comida tradicional del estado.
Los precios de este pan han ido cambiando entre otras cosas por el incremento del precio de la materia prima que se emplea para hacerlo. En 2022, la guerra de Ucrania provocó el aumento de la harina de trigo y esto hizo que en México su precio se elevara.
Según un informe de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (CANAINPA), en México se consumen anualmente 33.5 kilogramos de pan, y el 75% corresponde al pan blanco. Y si bien el consumo del pan tradicional se ha mantenido, muchos productores han enfrentado la competencia de los supermercados buscando alternativas para venderlo.
En Realidad, según cifras de la CANAINPA en Yucatán hay alrededor de 2 mil 500 panaderías y de ellas 800 están en diferentes lugares de Mérida. Esto demuestra la importancia de este sector para muchas familias que no ven su producción como un trabajo, sinó como un legado que han recibido y pasan de generación a generación. Así que si tienes cerca una panadería y ves vendedores o panaderos en triciclos, tocando cornetas y pregonando por altavoces, recuerda que la economía de muchas familias depende de esa venta.
